Se trata de un sector del Mall con vocación para “hacer la pausa”, un remanso donde poder tomar un descanso del paseo de compras. El desafío de este trabajo estuvo en lograr el equilibrio entre un espacio de estar y el necesario atravesamiento de los usuarios que frecuentan los locales contiguos.

El proyecto se organiza de forma longitudinal conformando dos rincones bien definidos con un espacio central atravesable, con una disposición de su mobiliario lo suficientemente flexible como para permitir la circulación al interior de los corners. Por otra parte, estos sectores se conforman con volumetrías simples que se materializan en el diseño de mobiliario propuesto, generando los espacios de pausa en base a “barreras” que definen sectores de apropiación por parte de los usuarios.

El equipamiento se conformó por muebles de diseño y muebles diseñados para esta ocasión. Los sillones largos con formas simples y rectas enmarcados por tratamientos en madera, definieron los elementos de mayor porte y jerarquía en la composición. Los sillones Barcelona de Mies jugaron como complementos livianos junto con las lámparas de pie y mesas bajas.